domingo, 8 de noviembre de 2015

Breve resumen de: La economía cambia de ritmo.

El período que se desarrolla entre 1875 y hasta 1914, es decir, el lapso que antecede a la Primera Guerra Mundial, está caracterizado por un gran dinamismo económico, en el que de advierten dos grandes fluctuaciones, una depresión y un rápido incremento en la economía mundial. Hobsbawm define el ánimo de la época que fue “de la preocupación a la euforia”.
Un primer tramo en el cual que se aprecia una depresión del comercio sin precedentes, caracterizada por afectar a todos por igual de un modo “universal”, sin distinguir viejas o nuevas naciones. Las depresiones más acentuadas se encuentran entre los años 1873 y 1890. Pero no era la producción lo que se veía afectado sino su rentabilidad. Esta depresión afecto principalmente a un sector que había crecido mucho en los últimos decenios: La agricultura. Agravado por las consecuencias sociales que los cambios en el sector acarrea, ya que las familias que subsistían de esta actividad aún en los países importantes constituían un porcentaje importante de la población. Esto sumado a las plagas que se dieron en la época, dieron por resultado muerte por hambre, revueltas campesinas y agitación electoral, pero por sobre todas las cosas, los dos grandes fenómenos que fueron la emigración (especialmente de países como Italia, España, Austria-Hungría y Rusia) y la cooperación (campesinos con tierras viables de ser explotadas, lo lograron accediendo a créditos).
Una de las grandes características de este período fue la gran deflación. Si bien el precio de los productos bajaba, los costes de producción se mantenían más o menos estables (ya que los salarios no podían ser reducidos). Al mismo tiempo era imposible amortizar los costes de las grandes maquinarias cuando los beneficios que otorgaban los productos eran cada vez menores. Al mismo tiempo los mercados crecían muy lentamente. Por otra parte, cuando el precio del oro y la plata se volvían inestables, complicaba las transacciones entre los países que sus monedas se basaban en metales preciosos distintos.
Dado a la creciente necesidad de proteger a los productores nacionales (desde los sectores agrícolas hasta los industriales), los gobiernos comienzan a escuchar grupos de intereses y núcleos de votantes, especialmente en Alemania e Inglaterra. Con esto se ponía fin al liberalismo económico. Sólo el Reino Unido desoyó estas cuestiones y continuó no solo con la libertad de comercio sin restricciones, sino que en continua inclinación por la importación especialmente de
alimentos, según el autor, el librecambio implicaba el hundimiento de la agricultura británica si no estaba preparada para mantenerse a flote. En parte por no contar con una gran masa campesina y además por ser el mayor exportador, tanto industrial como de servicios “invisibles” (financieros, comerciales, transporte), con lo cual su poder no paraba de crecer, aún a mayor escala que antes, tanto Inglaterra como su gran flota.
No obstante en aquellos estados capaces de defender de la competencia a sus economías en proceso de industrialización, comenzaron a crecer las rivalidades, fomentadas por la industria y la depresión, el mismo proteccionismo expresaba una competitividad económica internacional. Competencia entre empresas y entre naciones.
Nos encontramos entonces frente a un escenario de estados naciones que intentan frenar la economía de los otros mediante fortificaciones políticas, lo cual perjudica el crecimiento económico mundial. En general favoreció a las industrias nacionales en cuanto al abastecimiento del mercado doméstico, y debido a esto no obstaculizo seriamente el crecimiento. Además se combina la concentración económica con la renacionalización empresarial. La concentración avanzó a expensas de la competencia de mercado, las corporaciones a expensas de las empresas privadas, los grandes negocios y grandes empresas a expensas de las pequeñas, esta tendencia implicó una tendencia hacia el oligopolio, el cual fue indudable en las industrias pesadas, o en aquellas estrechamente dependientes de los pedidos del gobierno (como armamentos). Es en esta combinación en la que se encuentra el meollo del posterior desarrollo de la economía. Acertadamente cita Hobsbawm al comienzo de su capítulo, una frase de A. V. Dicey “La combinación se ha convertido gradualmente en el alma de los sistemas comerciales modernos”.
A partir de 1890, en lo que se conoce como la Belle époque, comienza a darse un aumento en los precios. Hay quienes coinciden en que el descubrimiento de nuevos depósitos de oro en Sudáfrica son los que facilitan el nuevo impulso de la economía. Pero en este momento, se genera una “redistribución del poder” crecen nuevas potencias, el progreso de Alemania y Estados Unidos ya estaba consumado, y a estos los siguen otros estados como Francia, Bélgica y Suiza. Y así se crea una nueva expansión generada por las nuevas “locomotoras del crecimiento mundial” que eran estos nuevos ponderados de la economía, respaldadas por las innovaciones tecnológicas constituyen “sectores de punta”. Sus mercados viven cada vez más de las compras y que se alejan de las viejas economías rurales. En efecto, las mismas quedarán relegadas al resto del mundo, países no desarrollados a los que se les determinara su desarrollo en función de las necesidades de los núcleos centrales de la economía.

BIBLIOGRAFÍA
“La era del imperio”, 1875 – 1914. Eric Hobsbawm.

1 comentario:

  1. El principio está bastante bien, pero después empieza a caerse un poco porque hay cosas que no las entendiste como eran (renacionalización empresarial no era, era racionalización empresarial) y omitiste algunas cosas que eran importantes. Pero me ayudó mucho a identificar lo que era importante de lo que estaba de relleno para escribir mi propio resumen. Así que gracias!

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