domingo, 8 de noviembre de 2015

La guerra social en las guerras de la independencia hispanoamericana. 1780-1825 (resumen)

de Alberto Leonardo Bialakowsky


¿De qué manera han participado en la guerra social en la guerra de la independencia? En qué forma el pueblo, en una sociedad tan rígida como la colonial, participa o es llevado en la lucha por la independencia.


• Guerra de la independencia: procesos sociales horizontales (de una elite criolla contra una española)
• Guerra social: Enfrentamientos verticales, de los plebeyos contra una o ambas élites.


DISEÑO DE ETAPAS
1870-1810: Guerra social, rara vez los levantamientos indígenas obtienen o buscan aliarse con las clases dirigentes.
1810-1816: Dos subetapas
* 1808: Abdicación Fernando VII
* 1814: Restitución de Fernando VII, retroceso revolucionario, ofensiva española.
1816-1825: Ofensiva española, por otra parte los criollos conducen y las demás clases se unen a la lucha. La guerra de la independencia se nutre de la social y e entreteje en una compleja malla que viabiliza finalmente la revolución criolla.


LAS REBELIONES PLEBEYAS (1870-1810)
Hidalgo à Párroco criollo de la aldea de Dolores. Sus protagonistas: manos indígenas y mestizas, que alcanzaron según parece, el numero de 50 a 60 mil hombres, quizás 80 mil. Si bien el punto de partida lo señala la conspiración Criolla en Querétaro, al ser esta truncada por la causa realista que personificaba el virrey Francisco Javier Venegas y desertado el elemento criollo, Hidalgo recurre a las manos campesinas del Bajío y lanza el “Grito de Dolores”, levantándose en armas: “Viva nuestra señora de Guadalupe, muera el mal gobierno, mueran los gachupines”. Al poco tiempo, Guanajuato primero y Guadalajara después caían en manos de la muchedumbre rebelde, con sorprendente violencia, poco faltó para llegar a ocupar la ciudad de México. Luego, la suerte de las armas le resultó adversa, traicionado y capturado Hidalgo, en 1811, fenecía y con él la etapa enfáticamente indigenista de las revoluciones hispanomexicanas, puesto que, pocos criollos prestaron apoyo a las sublevaciones y la mayoría de ellos –aún los antiespañoles- horrorizados, se convirtieron en partidarios del régimen colonial.
Mas tarde Morelos retoma la revolución con sus motivaciones mas caras: la explotación del indígena y la reforma agraria.
Sólo que mas tarde, con Morelos, el espectro de objetivos (la abolición del tributo indio y de la esclavitud) se amplían –y subsumen- a los que la independencia nacional, lo mismo que se amplía el llamado a la participación d los criollos, quiénes no solamente se negaron sino que emprendieron el camino de la contrarrevolución.


LAS REVOLUCIONES CRIOLLAS 1810-1816
1810 – 1813: Las consignas de Hidalgo, al subsistir las causas, nuevamente impulsaron la insurgencia a las poblaciones indígenas y mestizas del sur mexicano, pero en esta oportunidad la mira principal de su conductor, José María Morelos y Pavón (clérigo mestizo que fuera teniente de Hidalgo), estaba puesta en la independencia de los “americanos”. Su poder se extendió por el sur mexicano, controlando gran parte de la costa e incluso llegó a tomar en 1812 la ciudad de Oaxaca. En 1813 convoco un congreso
en Chilpancingo, al que envió programas y decretos revolucionarios como los destinados a la abolición de la esclavitud, del tributo, de los privilegios y de todas las distinciones sociorraciales, y lo destacable, en el mismo Congreso se declaró la independencia de México. Un año mas tarde, en 1814, con un congreso se promulgaba la Constitución de Apatzingán, a fin de contribuir a ganarse el apoyo criollo, adverso a la causa de la revolución.
1814-1816: La contrarevolución criolla quita todo el apoyo a Morelos y se lanza junto a los realistas contra él. Luego de ser promulgada la Constitución de 1814, Morelos es capturado y fusilado en 1815. Spolo quedarán algunas fuerzas en el sur –guerrillas- lideradas por Vicente Guerrero. “La contrarrevolución fue esencialmente obra de los criollos realistas; la minoría española no hubiera podido defender México para España sin ellos. El ejército colonial era un ejército criollo: la administración fue cada vez más un vedado criollo; en el período 1815-1821 los criollos dominaron por completo y fueron ellos quienes mantuvieron el control social y los valores coloniales.


LA EXTENSIÓN SOCIAL DE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA (1816-1825)

La revolución detenida o apenas sobreviviente, es rescatada –sorprendentemente- por Agustín Iturbude, en 1821, un criollo que combatió a Hidalgo y Morelos, y que en persecución del Heredero (Guerrero) troca la persecución en pacto declarado en el “Plan de Iguala” la independencia de México. Endeble será el logro de su independencia, y el de sus instituciones, así lo demostrará Agustín I (1822-1823) y más claramente, con la intervención francesa (1862-1867) iniciada inicialmente por España e Inglaterra, Maximiliano de Habsburgo.

Capitalismo y sus implicancias para Argentina

LA NUEVA INTERDEPENDENCIA MUNDIAL
La aplicación del vapor es el puntapié inicial para la revolución en el transporte. Con el desarrollo en la construcción de navíos especializados a un costo más reducido, el transporte dejaba suponer cuantiosos gastos para pasar a ser más accesible. Mientras que el desarrollo del ferrocarril facilita el acceso a zonas que por diferentes barreras no podían ser penetradas en el pasado. Con respecto a la comunicación, el telégrafo fue un hito sobresaliente, permite acelerar el comercio y los diálogos entre naciones geográficamente distantes.
Estos cambios fundamentaron el comercio libre desde la segunda mitad del siglo XIX y la consecuente división internacional del trabajo. Esto significaba la liberal implicancia que cada país debería producir lo que resultara mas barato en comparación a otras naciones
“El capitalismo tenía ahora a su disposición a todo el mundo, y la expansión del comercio internacional y de la intervención internacional mide el entusiasmo con el que se aprestó a conquistarlo. El comercio mundial entre 1800 y 1840 no se había doblado por completo. Entre 1850 y 1870 aumentó un 260%”.2
Las viejas políticas mercantilistas se sustituyen por “Dejar hacer, dejar pasar”. La economía tiene leyes propias, todo intento por interferir en el cumplimiento de ellas provocará enormes complicaciones. Esta consigna lleva implícito en el postulado de que el mundo no reconoce fronteras ni protecciones para impedir la libre movilidad de capitales. Con lo cual el proteccionismo mercantilista que ha desplazado por años a naciones como Irlanda, queda totalmente hundido en el pasado. 3
La Revolución Industrial deja entonces de ser un mero fenómeno nacional Británico y comienza a colocar al mercado internacional como proveedor de fuerzas productivas. Ahora desde la periferia se envían los productos primarios y desde las metrópolis se envía la producción de manufacturas.
También es el inicio de un nuevo sistema monetario, el Banco de Inglaterra tenía el monopolio del papel moneda, y se estableció que el mismo podía ser intercambiado por oro, lo cual sirvió para el comercio internacional, basándose en “el sistema patrón oro”.
Crisis y revitalización del capitalismo.

El período que se desarrolla entre 1875 y hasta 1914, es decir, el lapso que antecede a la Primera Guerra Mundial, está caracterizado por un gran dinamismo económico, en el que de advierten dos grandes fluctuaciones, una depresión y un rápido incremento en la economía mundial. Hobsbawm define el ánimo de la época que fue “de la preocupación a la euforia”.
Un primer tramo en el cual que se aprecia una depresión del comercio sin precedentes, caracterizada por afectar a todos por igual de un modo “universal”, sin distinguir viejas o nuevas naciones. Las depresiones más acentuadas se encuentran entre los años 1873 y 1890. Una de las grandes características de este período fue la gran deflación. Si bien el precio de los productos bajaba, los costes de producción se mantenían más o menos estables (ya que los salarios no podían ser reducidos). Al mismo tiempo era imposible amortizar los costes de las grandes maquinarias cuando los beneficios que otorgaban los productos eran cada vez menores. Al mismo tiempo los mercados crecían muy lentamente. Por otra parte, cuando el precio del oro y la plata se volvían inestables, complicaba las transacciones entre los países que sus monedas se basaban en metales preciosos distintos.
A partir de 1890, en lo que se conoce como la Belle époque, comienza a darse un aumento en los precios. Hay quienes coinciden en que el descubrimiento de nuevos depósitos de oro en Sudáfrica son los que facilitan el nuevo impulso de la economía. Pero en este momento, se genera una “redistribución del poder” crecen nuevas potencias, el progreso de Alemania y Estados Unidos ya estaba consumado, y a estos los siguen otros estados como Francia, Bélgica y Suiza. Y así se crea una nueva expansión generada por las nuevas “locomotoras del crecimiento mundial” que eran estos nuevos ponderados de la economía, respaldadas por las innovaciones tecnológicas constituyen “sectores de punta”. Sus mercados viven cada vez más de las compras y que se alejan de las viejas economías rurales. En efecto, las mismas quedarán relegadas al resto del mundo, países no desarrollados a los que se les determinara su desarrollo en función de las necesidades de los núcleos centrales de la economía.4



La expansión imperialista.
A fines del S XIX comienza una expansión a razón de satisfacer las necesidades de los empresarios que requerían nuevas tierras para obtener materias primas y mercados. África y parte de Asia fueron conquistadas por los ejércitos de las grandes potencias. Formaban parte de sus imperios coloniales. Otros países se fueron transformando en “semi-colonias”, y los pocos que pudieron escapar a esta suerte, como repúblicas soberanas, especialmente en el continente americano, estaban dominadas económicamente.
Taylorismo.
Junto con la utilización de nuevas tecnologías y fuentes de energía, se introdujeron cambios en la organización del trabajo industrial, por un conjunto de criterios organizativos con el fin de aumentar la productividad, es decir, disminuir el desperdicio de tiempo y el esfuerzo en el trabajo fabril y obtener la mayor producción posible en una jornada de trabajo. Taylor era norteamericano y vivió entre 1856 y 1915.

EL MODELO AGROEXPORTADOR ARGENTINO
A partir de 1852, con el proceso de construcción del estado nacional Argentino, se comienza el camino para insertarse en la división internacional del trabajo, en el proceso de una internacionalización de los intercambios comerciales. Este estado que se consolidará en el ’80, surge con una consigna primordial: “orden y progreso”.
Desde ese momento a esta parte, la oligarquía encontró su destino. Como lo cita Eduardo Galeano, en un discurso de 1858 el presidente de la comisión directiva de la sociedad rural aseguraba que: “Nosotros, en la infancia aún, contentémonos con la humilde idea de enviar a aquellos bazares europeos nuestros productos y materias primas, para que nos los devuelvan transformados por medio de los poderosos agentes que disponen. Materias primas es lo que Europa pide, para cambiarlas por artefactos”5
Cada vez mas el ferrocarril suplanta al viejo carro tirado por bueyes y los paquebotes a vapor reemplazan los barcos a vela en el Río de La Plata. El crecimiento económico impulsado por las exportaciones de productos primarios, unifica a la vez políticamente al país. La producción iría dirigido al mercado Británico, quienes aportaron recursos e inversiones. El rápido desarrollo de la región pampeana, con florecientes estancias en expansión, acentúa las
disparidades regionales; la población indígena se reducía. Los inmigrantes que llegaban al país sólo podían arrendar la tierra sin poseerla.
Este cambio económico y político encuentra se basa en tres factores preponderantes, la inversión extranjera, el comercio exterior y la inmigración.
En cuanto a la primera, tienen especial importancia los préstamos al gobierno nacional, los que fueron utilizados para la unificación nacional, la Guerra del Paraguay y contra los Caudillos, además de los enlaces ferroviarios. Además estaban los préstamos a las empresas a las que el gobierno garantizaba beneficios mínimos.
En el comercio exterior comenzaba a fomentarse el mismo con América Latina y por otra para el Transatlántico crecía día a día. A la ya conocida industria de la carne salada, el cuero y el sebo se le sumaba la lana, cuyo auge fue a mediados de 1860. Y por otra parte la agricultura se desarrollaba a pasos agigantados, favorecida por la ampliación del mercado interno por la liberación del comercio fluvial, el litoral fue la primer región en desarrollarla. Los principales productos eran el trigo y el maíz, seguidos por la linaza, la cebada y la avena. A partir de 1860, en Tucumán también renace el comercio de la caña de azúcar, y viñedos en Mendoza.6
Pero fue la agricultura, especialmente por el trigo, la que fue capaz de conducir la salida de la crisis de 1890, cuya causa es un tema en discusión entre factores externos e internos, años de crisis en las que el oro subía, era difícil afrontar los servicios de la deuda y la falta de dinero de los bancos. Pero la cantidad de tierras que aún quedaban por explotar dio un margen para continuar la expansión, en consecuencia se siguió con la construcción de vías férreas. Para 1895, todos los sectores experimentaban una amplia expansión y en 1896 ya no quedaban rastros de la crisis. El PBI aumentó un 6% anual y la tierra explotada paso de 5 a 24 millones de hectáreas entre 1895 y 1914. La población se duplico, entre otras cosas, debido a la mejora en la calidad de vida, la suba en la tasa de natalidad y baja en la tasa de mortalidad. Se produjo un fenomenal aumento del comercio exterior.
El país se había convertido en un exportador de materias primas, el 90% de ellas eran materias primas de la región pampeana, mas del 85% de los cuales iban a Europa Occidental, de la cual Gran Brataña era el principal socio, ya que compraba al menos el 20% de las exportaciones Argentinas y al mismo tiempo de allí llegaban la mayor parte de las importaciones, de las cuales (junto con otros
países como Alemania y Estados Unidos) se abastecía el marcado interno y que tuvieron un crecimiento meteórico de la demanda.
Entre 1904 y 1913, las inversiones que habían dejado de llegar en la crisis del '90 volvieron no solo por parte de Inglaterra (que seguía siendo el mayor inversor), también desde Francia y Alemania. De hecho en ese período se registra mayor inversión que en todo el S XIX, aunque esta vez las compañías ferroviarias fueron las favoritas de los inversores.
Crece la industria, especialmente aquella relacionada con el modelo agro exportador. La industria lechera comienza a destilar un impensado floreciente y prometedor futuro. Otros que crecieron a un ritmo acelerado fue la producción de cerveza, las refinerías de azúcar y el molino harinero. Renace la actividad ganadera, que desplaza a las ovejas hacia la Patagonia para poder generar un nuevo camino. Llegaron razas importadas de Gran Bretaña: Shorton y Hereford. Crece la demanda de carne enlatada y congelada.
Para 1911 el comercio exterior argentino era el mayor que el de Canadá, y un cuarto del de Estados Unidos. La Argentina era el mayor productor mundial de maíz y linaza, el segundo de lana y el tercero en ganado vacuno vivo y equino.

Cambios sociales: “Gobernar es poblar”
“La población en todas partes y esencialmente en América forma la sustancia en torno de la cual se realizan y desenvuelven todos los fenómenos de la economía social.” Estas palabras de Alberdi, son citadas por Jauretche en su “Manual de zonceras Argentinas”, mas adelante agrega: “Aunque la idea –gobernar es poblar- era básicamente buena, el europeísmo reinante en la Argentina del S XIX la arruinó por completo (…) Ante un país desierto, que sólo necesitaba grandes masas de población para explotar recursos vigentes. Alberdi consenso un programa de gobierno en la célebre fórmula. Como su modelo de nación civilizada era Inglaterra, redondeó en “Bases” la idea de que un peón criollo no podía ser un buen operario inglés.” Pero la realidad fue otra, los únicos ingleses que vinieron fueron los gerentes ferroviarios, y que importaban no sólo carbón, sino también esposas. Al dar a luz, las empresas les pagaban el viaje a Inglaterra y luego de tener sus papeles en regla, volvían al país. Jauretche enuncia con picardía “¡Qué anonadado quedó Sarmiento!, los inmigrantes que llegaron fueron
los menos refinados, aunque más enérgicos y laboriosos que sí integraron al viejo país criollo y dieron origen a la Argentina contemporánea.

“Civilización y Barbarie”, lema de una oligarquía floreciente.
Bajo este lema, consagrado por Sarmiento, la oligarquía Argentina funda su idea del progreso de la última mitad del S XIX y los iniciales del XX. “Alienada al desarrollo dependiente del país, su prosperidad momentánea, le hizo confundir su propia prosperidad con el destino nacional.”9 Se intenta crear Europa en América, trasplantando el árbol y destruyendo lo indígena que podía ser obstáculo al mismo para el crecimiento según Europa y no según América.
Pues bien, esta oligarquía era tan liberal en lo económico como conservador en lo social y lo político. Socialmente estaba constituida por terratenientes, comerciantes y banqueros. Es una sociedad cerrada en la que el resto de los sectores que integran la sociedad no pueden acceder.
Llegan los inmigrantes.
Alberdi en sus Bases había llamado a las razas “viriles” del norte de Europa “la libertad como el vapor, necesita maquinistas ingleses de origen”, para transformar este país “indígena en español”. En la década 1852-1862 apenas 30.000 inmigrantes habían entrado a la Argentina; en la de 1862 a 1872 la cantidad aumentó trece veces: 400 mil.
Parte de esta inmigración fue absorbida por la campaña: los vascos ordeñaron vacas como peones o arrendatarios, agricultores lombardos sembraron maíz y trigo todavía por cuenta ajena, y gallegos mercachifles recorrían en carretas las poblaciones de campaña, pero la mayoría de los inmigrantes se quedaría en Buenos Aires y Rosario en las funciones subalternas pero mejor pagadas de jornaleros, domésticos o artesanos.
Los inmigrantes cumplieron admirablemente su función de clase proletaria en la Argentina que por 1862 necesitaba desprenderse de los proletarios nativos. No tenían caudillos, ni reivindicaban el patriotismo, ni les preocupaba otra cosa que trabajar duro para juntar algún capital. 10


Llegada de los colonizadores, las nuevas estancias.
En 1862 por Congreso Nacional autoriza la contratación de empresas colonizadoras para los territorios nacionales. En 1869 la comisión central de inmigración envía comisionados a Europa para reclutar colonos. Comienza la transformación de la sociedad de las Pampas11.
Mientras que la ciudad es el emporio del comercio exterior del país, en la región central comienza a generarse la clase media rural, que presenta el aspecto de una sociedad de capitalistas pioneros: mano de obra libre y pago de salarios.
La tierra fue colonizada por chacareros, principalmente Europeos que pusieron vallas, plantaron árboles, construyeron molinos y cavaron pozos de agua. Los chacareros eran en realidad empresarios capitalistas en menor escala que empleaban mano de obra para realizar tareas estacionales. Éstos hallaron más conveniente arrendar propiedades grandes que comprar pequeñas chacras, para obtener mayor rendimiento. La mayor parte de la población rural estaba compuesta de un puñado de arrendatarios, peones de ganado, o criadores de ovejas y braseros temporales. Fuera del enclave de esta clase media, aún perduraban las grandes haciendas.
En cuanto a la Patagonia, estaba poblada de grandes haciendas dedicadas a la cría de ovejas. También en el valle de Río Negro se desarrolla el cultivo de árboles frutales.
El NOE tenía el cultivo de la yerba mate, algodón y quebracho. Entre Rios continúa como productora de cueros y carne salada. En Cuyo florece la vitivinicultura y en Tucumán prospera el azúcar.
Las ciudades
La ciudad es el emporio del comercio exterior del país. Su elite estaba constituida por banqueros, comerciantes e inversores urbanos. Mientras que la clase media, en dos estratos: el superior, con especial interés por la formación superior (por aspiraciones de movilidad social), conformado por empleados públicos y oficinistas. Mientras que la inferior se formaba con fabricantes y tenderos.
En 1914 una de las tres cuantas partes de la clase obrera porteña estaba compuesta de inmigrantes. La clase obrera Argentina de fines del S XIX y principios del S XX fue modelada por el desarrollo de la sociedad agroexportadora.

BIBLIOGRAFÍA
Cristina Lucchini, Juan Bubello. Formas de organización capitalista en el S XX. Editorial Biblos. Buenos Aires, 2008.
Eduardo Galeano, Las venas abiertas de América Latina. Ed. Catálogos. Buenos Aires, 2007. P. 15.
Eric Hobsbawm. La era del capitalismo. Barcelona: Guadarrama, 1977.
Eric Hobsbawm. “La era del imperio”, 1875 – 1914.
Felipe Duarte, Gloria Gnavi, Cristina Reynals, Cecilia Senén González y Marcelo Stiletano. “Formación del estado Nacional: La generación del ‘80”. Buenos Aires. 1986.
Jauretche. Manual de zonceras Argentinas. Peña Lillo Editor. Buenos aires, 1988.
José María de Rosa. Historia Argentina. Tomo 7. Ed. Oriente. Buenos Aires.

Breve resumen de: La economía cambia de ritmo.

El período que se desarrolla entre 1875 y hasta 1914, es decir, el lapso que antecede a la Primera Guerra Mundial, está caracterizado por un gran dinamismo económico, en el que de advierten dos grandes fluctuaciones, una depresión y un rápido incremento en la economía mundial. Hobsbawm define el ánimo de la época que fue “de la preocupación a la euforia”.
Un primer tramo en el cual que se aprecia una depresión del comercio sin precedentes, caracterizada por afectar a todos por igual de un modo “universal”, sin distinguir viejas o nuevas naciones. Las depresiones más acentuadas se encuentran entre los años 1873 y 1890. Pero no era la producción lo que se veía afectado sino su rentabilidad. Esta depresión afecto principalmente a un sector que había crecido mucho en los últimos decenios: La agricultura. Agravado por las consecuencias sociales que los cambios en el sector acarrea, ya que las familias que subsistían de esta actividad aún en los países importantes constituían un porcentaje importante de la población. Esto sumado a las plagas que se dieron en la época, dieron por resultado muerte por hambre, revueltas campesinas y agitación electoral, pero por sobre todas las cosas, los dos grandes fenómenos que fueron la emigración (especialmente de países como Italia, España, Austria-Hungría y Rusia) y la cooperación (campesinos con tierras viables de ser explotadas, lo lograron accediendo a créditos).
Una de las grandes características de este período fue la gran deflación. Si bien el precio de los productos bajaba, los costes de producción se mantenían más o menos estables (ya que los salarios no podían ser reducidos). Al mismo tiempo era imposible amortizar los costes de las grandes maquinarias cuando los beneficios que otorgaban los productos eran cada vez menores. Al mismo tiempo los mercados crecían muy lentamente. Por otra parte, cuando el precio del oro y la plata se volvían inestables, complicaba las transacciones entre los países que sus monedas se basaban en metales preciosos distintos.
Dado a la creciente necesidad de proteger a los productores nacionales (desde los sectores agrícolas hasta los industriales), los gobiernos comienzan a escuchar grupos de intereses y núcleos de votantes, especialmente en Alemania e Inglaterra. Con esto se ponía fin al liberalismo económico. Sólo el Reino Unido desoyó estas cuestiones y continuó no solo con la libertad de comercio sin restricciones, sino que en continua inclinación por la importación especialmente de
alimentos, según el autor, el librecambio implicaba el hundimiento de la agricultura británica si no estaba preparada para mantenerse a flote. En parte por no contar con una gran masa campesina y además por ser el mayor exportador, tanto industrial como de servicios “invisibles” (financieros, comerciales, transporte), con lo cual su poder no paraba de crecer, aún a mayor escala que antes, tanto Inglaterra como su gran flota.
No obstante en aquellos estados capaces de defender de la competencia a sus economías en proceso de industrialización, comenzaron a crecer las rivalidades, fomentadas por la industria y la depresión, el mismo proteccionismo expresaba una competitividad económica internacional. Competencia entre empresas y entre naciones.
Nos encontramos entonces frente a un escenario de estados naciones que intentan frenar la economía de los otros mediante fortificaciones políticas, lo cual perjudica el crecimiento económico mundial. En general favoreció a las industrias nacionales en cuanto al abastecimiento del mercado doméstico, y debido a esto no obstaculizo seriamente el crecimiento. Además se combina la concentración económica con la renacionalización empresarial. La concentración avanzó a expensas de la competencia de mercado, las corporaciones a expensas de las empresas privadas, los grandes negocios y grandes empresas a expensas de las pequeñas, esta tendencia implicó una tendencia hacia el oligopolio, el cual fue indudable en las industrias pesadas, o en aquellas estrechamente dependientes de los pedidos del gobierno (como armamentos). Es en esta combinación en la que se encuentra el meollo del posterior desarrollo de la economía. Acertadamente cita Hobsbawm al comienzo de su capítulo, una frase de A. V. Dicey “La combinación se ha convertido gradualmente en el alma de los sistemas comerciales modernos”.
A partir de 1890, en lo que se conoce como la Belle époque, comienza a darse un aumento en los precios. Hay quienes coinciden en que el descubrimiento de nuevos depósitos de oro en Sudáfrica son los que facilitan el nuevo impulso de la economía. Pero en este momento, se genera una “redistribución del poder” crecen nuevas potencias, el progreso de Alemania y Estados Unidos ya estaba consumado, y a estos los siguen otros estados como Francia, Bélgica y Suiza. Y así se crea una nueva expansión generada por las nuevas “locomotoras del crecimiento mundial” que eran estos nuevos ponderados de la economía, respaldadas por las innovaciones tecnológicas constituyen “sectores de punta”. Sus mercados viven cada vez más de las compras y que se alejan de las viejas economías rurales. En efecto, las mismas quedarán relegadas al resto del mundo, países no desarrollados a los que se les determinara su desarrollo en función de las necesidades de los núcleos centrales de la economía.

BIBLIOGRAFÍA
“La era del imperio”, 1875 – 1914. Eric Hobsbawm.

La mutación del estado.

Lo que hoy conocemos como Estado ha sido una construcción de las sociedades. Para adelantarnos a la noción de Estado podemos acudir a  Aristóteles para quien el Estado es “una asociación política en vista del más importante de todos los bienes”, una asociación que forman por instinto natural los hombres con el desarrollo superior de otras asociaciones, como la familia y el pueblo[1].
Por su parte López Trigal hace un repaso por los distintos tipos de Estado desde los Absolutos, hasta el social y democrático. En el Estado Absolutista impera la ley del fuerte y el poder estatal está por encima de los individuos (ya que el rey gobierna por ellos, en lo que se conoce como Despotismo Ilustrado).
El Estado liberal de derecho, limita el poder por el imperio de la ley que procede a su vez de la voluntad general, tiene un origen contractual, establece la división de poderes y la soberanía de la nación.
El Estado Socialista concibe al estado como producto de la división del trabajo y la aparición de la sociedad de clases y por lo tanto es instrumento de dominación política de la clase poseedora de los medios de producción, sirve para la creación de condiciones favorables para el desarrollo de la producción, la represión y la integración ideológica de la clase explotada.
El Estado social democrático de derecho da un sentido positivo a la crítica marxista, asumirá la tarea de impulsar desde el poder y la legalidad de los ideales de libertad, igualdad y fraternidad, reformando el Estado Liberal y la estructura económica y social de la sociedad capitalista durante el siglo XX. Conforma dos principios básicos: subordinación del ejecutivo al imperio de la ley la aspiración del Estado de bienestar general.
Los elementos que constituyen el Estado tradicionalmente son el poder, entendido como el dominio, legitimación o jurisdicción que uno tiene para mandar o ejecutar una cosa. El pueblo, que es la población que habita en sociedad cada estado, que sería una nación si se cumplen una serie de rasgos diferenciadores, del que surgirá el Estado Nación, una nación es una unidad de población o grupo, con una identidad que los distingue. El territorio es la implicación geográfica del estado, el soporte físico o material del mismo. Todos los elementos están interrelacionados a través del Derecho.
Los Estados creados en América Latina luego de las independencias han tenido una fuerte impronta de la Revolución Francesa, que ayuda a borrar antiguos localismos y a formar una nación única e indivisible.  El sistema francés (que muchos países sudamericanos han adoptado) se conforma por una cadena de mando, la estructura jerárquica, el dominio del ejecutivo y la subordinación del legislativo, es centralizado. En tanto que el británico se caracteriza por la descentralización, el predominio del legislativo, el régimen de los comités y la participación activa del ciudadano. El sistema soviético usa un centralismo democrático, elecciones con candidatura única y fuertemente jerarquizado. Los gobiernos unitarios tienden a remodelar sus fronteras intraadministrativas con un fin utilitarista como modificar la economía y la eficacia gubernamental, mientras que los estados federales los límites intraadministrativos suelen tener similitudes con los internacionales. Ésta organización es un proceso continuo.[2]
Luego de la independencia, una de los primeros intentos de Estado la existencia del mismo se fundaba, de hecho, en uno sólo de sus atributos: el reconocimiento  externo de su soberanía política. Por lo cual es imperante la delimitación de un territorio sobre el que el Estado ejercerá su poder. Hoy las competencias de un estado sobre un territorio se encuentran delimitados, en lo que respecta  a los límites internacionales Balmaceda nos dice que es una línea trazada en virtud de acuerdos, arbitrajes, laudos, normas consuetudinarias, convenciones e imposiciones sugeridas tras tratados de paz, se trata de “la intersección entre dos soberanías cuya línea divisoria ha sido establecida mediante tratados y por trabajos topogeográficos y geodésicos efectuados en el terreno”. Por otra parte destierra lo que concierne a los conceptos de límites naturales o artificiales ya que considera que todos los límites en realidad son de creación humana, sólo que a veces estos se apoyan en hechos físicos[3]. Además de lo que comprende la superficie, Balmaceda dice que el territorio incluye el subsuelo, los mares contiguos, y el espacio aéreo y cósmico situado sobre las tierras y los mares contiguos.
La soberanía sobre los últimos espacios, estos son el acuático, el aéreo y el cósmico son analizados por André Sanguín. Él dice que la única soberanía de los estados sobre el mar consiste en impedir que otros naveguen, pesquen o vuelen sobre esa porción. A partir del siglo XVI con la competencia por el dominio de los mares s establece el concepto legalista de aguas territoriales, pero fue en 1977 cuando se impuso el principio de las 200 millas marinas a partir de un estado costero, subdivididas estas en 12 millas de mar territorial exclusivo y 188 millas de mar patrimonial económico. Entre otras consideraciones hay que resaltar lo que concierne al acceso marítimo de los Estados interiores, dice que cuando in vecino posee un ancho litoral, el estado interior queda en una situación de inferioridad. Para poder participar adecuadamente en el comercio internacional debe procurarse n acceso libre y seguro hasta el océano y debe negociar “derechos de paso inocente” es decir depende de su capacidad para mantener relaciones cordiales con sus vecinos. Se pueden proponer distintas opciones para lograr el acceso, como los pasillos, el libre tránsito ferroviario o la internacionalización de los ríos entendiéndolos como “grandes galerías hacia el océano”[4]
En cuanto al límite de la cosmos-atmósfera el límite se sitúa en los 40 a 160 km. De modo que hay quienes afirman que el cosmos no puede ser sometido a apropiación por parte de ningún estado y debe depender de las Naciones Unidas. También se lo considera como un espacio desmilitarizado, neutralizado, y consagrado a la investigación científica para beneficio de la humanidad.
Por otro lado, una vez dadas las bases para la organización el estado, se debe abordar la cuestión de los distintos modelos que se adoptan para organización territorial que puede encontrar respuesta en lo dicho por López Trigal y Benito Del Pozo, en cuanto que un Estado unitario existe un centro de poder que adopta todas las decisiones políticas y detenta el monopolio de la creación de normas jurídicas, aplicables en todo el territorio y a todos los ciudadanos, sin embargo en la práctica no existe un Estado unitario puro, presentando así elementos de descentralización políticas (unidades territoriales con algún grado de autonomía). En los Estados fuertemente centralizados se relaciona con distintas formas de totalitarismo
            El Estado federal tiene instituciones imprescindibles como los son la Constitución federal que fija los derechos y deberes de los Estados miembro, imponiendo ciertos límites a sus constituciones y garantizando su participación en la voluntad federal. Algunos autores han llegado a considerar el federalismo cono la forma política más geográfica del Estado, y puede interpretarse que es la forma más adecuada para afrontar con éxito las diferencias económicas y sociales que conllevan las grandes extensiones.
            La confederación, se encuentra en desuso desde fines del siglo XIX, cobra nuevo vigor en los planteamientos federalistas actuales. En este modelo los Estados que mantienen la Unión mantienen su independencia, su identidad como sujetos soberanos y entre ellos priman las relaciones de coordinación.
            El Estado regional y autonómico, que es una unidad territorial subestatal con poderes políticos propios creado por el Estado unitario. Tienen poderes políticos propios por razones administrativas, históricas y democráticas.
            En la actualidad existen nuevos modelos como los macroestatales, por ejemplo la Unión Europea. Castells asegura que no sustituyen los Estados nación existentes, sino que, por el contrario, es un instrumento fundamental de su supervivencia a condición de conceder cuotas de soberanía a cambio de obtener más voz en los asuntos mundiales y nacionales en la era de la globalización. La Unión Europea podría entenderse como un Estado red, característico de la era de la información con autoridad compartida lo que no impide la existencia de diferentes grados de poder entre los miembros que la componen[5].
            Por otro lado, el Estado también acciona sobre la delegación del poder. Andrés Sanguín describe el poder político y la organización en cuanto a la delegación del poder en diferentes niveles administrativos y las implicancias que las decisiones políticas puedan ejercer en un espacio geográfico así cómo la incidencia de los factores geográficos en la toma de decisiones. Éste último aspecto tiene tres factores esenciales, el carácter geográfico de los espacios políticos (localización industrial, ámbitos de población y la regulación de los transportes), la influencia de la actividad partidaria (sindicatos, iglesias, grupos de presión) y la influencia del entorno físico sobre la política (aridez, extensidad). Todo esto afectará las políticas públicas.

En cuanto a los servicios públicos, los mismos deben ser considerados en términos de distancia, accesibilidad, justicia social, bienestar público y equidad. Éstos pueden ser considerados como defensa (pasiva en tiempos de guerra y protección civil en tiempos de paz), recopilación de datos (estadísticas económicas, empleo, demografía) y administración (obras públicas, irrigación, drenaje, salud, educación, parques nacionales).  Aunque los mismos no sean grandes formadores de paisajes necesariamente implican una dimensión espacial bastante importante, como la escuela, el ejército, los medios de comunicación, etc.
Considera las divisiones estatales (por ejemplo las provincias) y hasta las subdivisiones (municipios), según Sanguín los sistemas políticos son ámbitos de organización humana establecidos para solucionar problemas públicos.

            En ese mismo sentido Di Pietro considera que estas divisiones locales son una estrategia que toma como mecanismo dinamizador los procesos de desarrollo endógeno (cita a Vázquez Barquero). Sin embargo esta organización no logra corregir la distribución desigual del ingreso ni las asimetrías regionales. Asimismo el desarrollo económico no se acompaña con un aumento de la equidad ni la disminución de la pobreza.

Asimismo los Organismos Internacionales de crédito han tenido que reevaluar su actuación, y han modificado su perspectiva de análisis, con una visión más amplia e  integral de desarrollo. También han tenido que ser revisadas teorías como el modelo del “derrame”, revalorizar el capital humano y social. Poner énfasis en la necesidad de articular desarrollo económico y el social.
El contexto incide en el desarrollo local, por ejemplo la globalización y la dinámica financiera y económica, así como la insuficiencia de los modelos tradicionales de desarrollo y por último los procesos de Reforma del estado y la descentralización de las políticas públicas.
En “El sistema internacional de fin de siglo”, López Trigal y Del Pozo analizan la situación que devino luego de la guerra fría, cuando se disuelven los dos bloques y se construye un nuevo orden. Encuentra una serie de cambios sustanciales como la construcción de la Unión Europea, la crisis del Estado Nación, el auge de los nacionalismos, y el fundamentalismo religioso. Las consecuencias se materializan en el mapa político, la geopolítica, las fronteras y las relaciones. Se lleva a cabo una recomposición de fronteras y Estados Unidos se alza como única potencia. Cuando describe el resto de los actores mundiales lo hace de la siguiente manera: la realidad Latinoamericana se presenta con hábitos democráticos frágiles, economías dependientes y periféricas. En África predominan el hambre y las guerras, es políticamente inestable, al margen de  economía mundial. En cuanto a Asia, la caracteriza con la región emergente, principalmente con China, India, Japón y “Los cuatro tigres”, Singapur, Taiwán, Hong Kong y Corea del Sur.
Actualmente la globalización ha causado la modificación del modelo de Estado, caracterizado por las privatizaciones y la despatrimonialización del Estado. Esto aparece como una competencia entre lo público y lo privado. Castells   lo describe como “el Estado rígido, centralizado, anclado en una soberanía ficticia, superada por los flujos globales y dosificado en la ideología nostálgica de ser una unidad de destino en lo universal que ha quedado obsoleto”. A su vez Milton Santos dice que hoy evolucionamos de la noción de Estado territorial a la noción posmoderna de la transnacionalización del territorio, al tiempo que se cuestiona la idea de comunidad política nacional por las implicancias del poder de las identidades culturales y religiosas, y el renacimiento de los nacionalismos en todas sus variantes. El estado tiende a la internacionalización y transnacionalización. La globalización o mundialización genera interdependencia y se institucionaliza la cooperación internacional.
Podemos concluir en que el estado ha perdido en los últimos años su poder de decisión, con lo cual su soberanía se ve afectada y su competencia para los asuntos políticos internos. Hoy sus decisiones pueden ser precipitadas por una directiva de algún organismo internacional o la presión de los intereses de determinados grupos de interés. Es decir que se aleja de aquella primera versión, que encontraba su germen en la revolución francesa. La aceleración de este proceso encuentra la explicación en la globalización y la implementación de políticas neoliberales. Así la autoridad estatal pierde fuerza, mientras que la economía se abre al exterior, como contrapartida de la internacionalización. Nos queda por contemplar las implicancias que esta nueva forma de estado tiene en su sociedad.

 “La ausencia del estado es la no ausencia del estado”
Desde 1930 comienza a surgir lo que tradicionalmente conocemos como un Estado interventor, que se lo relaciona con un Estado presente, con pleno empleo, aumento de salarios, basado en la democratización social en los que Toussaint llama “el eclipse del laissez-faire”. Esto deviene del período posterior a la crisis de Wall Street y las guerras mundiales.
Sin embargo no podríamos decir que luego de los ’70 cuando este modelo cae el Estado se ausenta, ya que en política no existen los vacíos y los lugares que unos ya no ocupan son ocupados por otros. Es en esta etapa cuando se instala la ideología neoliberal y se instala por tres décadas hasta la crisis de 2006-2009, aunque todavía encuentra mucha validez en las universidades según Toussaint. El origen de este retorno se encuentra en la Crisis del Petróleo, es entonces cuando se emprende una batalla ideológica contra las posiciones Keynesianas del Norte así como las ideas desarrollistas del Sur y contra las socialistas o marxistas de diferentes puntos del planeta.
La instalación neoliberal encuentra sustento ideológico en las doctrinas de David Hume, Adam Smith, Kant, entre otros. En este sentido se instala lo que Toussaint llama la contrarrevolución liberal que enfrenta a la revolución keynesiana. En lo que concierne a América Latina, Chile ha sido desde 1973 el laboratorio de estas políticas durante la dictadura de Pinochet. Fue el estado quien cedió el espacio para que ese laboratorio funcionara, al igual que en nuestro país.
            De igual manera, este espacio propicio para la instalación del nuevo modelo también abrió las puertas al libre comercio, que sirve de máscara para la anulación de la conquista de los trabajadores y de los oprimidos en general a quienes presenta como si fueran opresores. Esto último se lleva a cabo por medio de la estigmatización, en detrimento de los movimientos sindicales y las legislaciones que protegen a los trabajadores.

            Estas políticas fueron lanzadas de los organismos internacionales, como el Banco Mundial y el FMI, e implementadas sistemáticamente por los estados. Son los dirigentes políticos, los devotos del mercado (en especial del financiero) quienes lo montan como una religión. Los gobiernos que dirigen llevan a cabo privatizaciones y crean la ilusión que la población puede formar parte de los ritos del mercado (compra y venta de acciones) y que podría beneficiarse si sigue correctamente las señales  del mismo. Los operadores de todo esto son los principales dirigentes de las 200 multinacionales más importantes del mundo con la ayuda de organizaciones internacionales, tales como el G7 y el FMI, el BM y la OMC. Así es que hoy en día el dinero atraviesa fronteras sin ninguna imposición fiscal. Las fórmulas de dichos organismos no sólo han fracasado en la estabilización y en el desarrollo, sino que además han intensificado el estrangulamiento externo de los países, han aumentado la miseria de las grandes masas desposeídas, poniendo al rojo vivo las tensiones sociales, y han precipitado la desnacionalización económica y financiera, al influjo de los sagrados mandamientos de la libertad de comercio, la libertad de competencia y la libertad de movimiento de los capitales.
            Las empresas privadas ganan terreno en el poder, Galeano cita a un ministro de gobierno brasileño que asegura “Fuerte, en Brasil además del propio estado, sólo existe el capital extranjero, salvo honrosas excepciones” y el autor agrega: “y el gobierno hace todo lo posible por evitar esta incómoda competencia a las corporaciones norteamericanas y europeas”. En ese país las políticas implementadas por la dictadura militar lograron que entre 1964 y 1968 quince fábricas de automotores o piezas por Ford, Chrysler, y otras empresas extranjeras. En el sector electrónico tres empresas brasileñas fueron a parar a manos de empresas japonesas y esto se extiende al resto de las industrias. Las inversiones imperialistas tanto en Argentina como en Brasil hundieron las industrias y las economías locales. Las ahogaron gracias a las facilidades que se les otorgo desde el Estado que no impone limitaciones a la entrada de capital extranjero, ni a la salida de las ganancias, ni a la repatriación de capital, se exime de impuestos a las empresas internacionales y se les brinda tasas especiales de cambio.
            Pero ¿No afecta que las empresas extranjeras se instalen en América Latina a la división internacional del trabajo?, esto lo responde Galeano de la siguiente manera: “las inversiones que convierten a las fábricas latinoamericanas en meras piezas del engranaje mundial de las corporaciones gigantes no alteran en absoluto la división internacional del trabajo. No sufre la menor modificación el sistema de vasos comunicantes por donde circulan los capitales y las mercancías entre los países pobres y los países ricos. América Latina continúa exportando su desocupación y su miseria: las materias primas que el mercado mundial necesita y de cuya venta depende la economía de la región y ciertos productos industriales elaborados, con mano de obra barata, por filiales de las corporaciones multinacionales. El intercambio desigual funciona como siempre: los salarios de hambre de América Latina contribuyen a financiar los altos salarios de Estados Unidos y de Europa”.
            Para describir la incidencia del Estado en el devenir de su destino se puede analizar el caso de Grecia, al igual que en nuestro país su deuda fue contraída mayormente durante la dictadura militar entre 1967 y 1974. En 2004 la organización de los Juegos Olímpicos en ese país implico un presupuesto de 1.300 millones de dólares, costo que se multiplica por cuatro en sólo unos pocos años. A esto se le agrega un aumento de la deuda por contratos firmados entre los gobernantes y empresas privadas (como el caso de Siemens, acusada de pagar sobornos a políticos en Grecia). Por otra parte, se produce un endeudamiento privado, las familias eran tentadas masivamente a la compra y por los bancos y sector comercial privado, se endeudaron masivamente.
            Tras el estallido de la crisis el gobierno griego ha sido presionado una y otra vez por las recetas de los organismos internacionales que exigen el ajuste en los gastos sociales y medidas de austeridad, sin embargo no se tocó el presupuesto de Defensa ya que los gobiernos francés y alemán deben asegurarse la exportación de armas, ya que curiosamente Grecia gasta más en armamentos que cualquier potencia europea. La “bola de nieve” comienza en 2010, cuando las autoridades del país piden prestado capital para reembolsar intereses.
            En conclusión, es el Estado quien ha implementado sistemáticamente políticas que llevan a la acumulación de capitales por una parte de la sociedad y derivan a la otra parte a la miseria y al hambre. La ausencia del estado no es accidental ni tiene el más mínimo sesgo de inocencia, sino que es una ausencia ficticia y planificada. Estas medidas sirven para seguir rodando los engranajes del sistema capitalista, sin explotador ni explotado el sistema se vería en peligro. Asimismo cuando el Estado pretende estar mirando para otro lado, se genera el clima propicio para actividades ilícitas, esto explica el crecimiento del narcotráfico y los eventuales casos de corrupción ligado al mismo. O la venta de tierras a precios irrisorios o aquellas que pertenecen a los pueblos originarios a megaemprendimientos inmobiliarios o magnates extranjeros, o multinacionales como Monsanto.
            El sistema capitalista necesita que el Estado se haga invisible y el estado lo acepta, no sin recibir los dirigentes su parte a cambio. Como cuenta Galeano refiriéndose a Brasil: “La Ley 56.570, promulgada el 6 de julio de 1965, reservó al Estado la explotación de la petroquímica; el mismo día, la ley 56.571 derogó la anterior y abrió la explotación a las inversiones privadas. De esta manera, la Dow Chemical, la Union Carbide, la Phillips Petroleum y el grupo Rockefeller obtuvieron, directamente o a través de la «asociación» con el estado, el filet mignon tan codiciado: la industria de los derivados químicos del petróleo, previsible boom de la década del setenta. ¿Qué ocurrió durante las horas transcurridas entre una y otra ley? Cortinados que tiemblan, pasos en los corredores, desesperados golpes a la puerta, los billetes verdes volando por los aires, agitación en el palacio: desde Shakespeare hasta Brecht, muchos hubieran querido imaginarlo.” De esta manera, mientras el pueblo percibe una “Ausencia del Estado”, en las mesas chicas y despachos se juega el destino de toda una sociedad.




[1] López Trigal, “El estado y sus elementos”, pág. 17.
[2] Sanguín Andrés, “Política pública y geografía”. Pág. 98
[3] Balmaceda Raúl, “Integración territorial Argentina. El Estado y su territorio”. Pág. 18.
[4] Sanguín André, “El espacio acuático, aéreo y cósmico”. Pág. 139.
[5] López Trigal, Del Pozo Benito. “La Administración Pública y la organización territorial del Estado”. Pág. 232.

BIBLIOGRAFÍA
Sanguín Andrés, “Política pública y geografía”.
Di Pietro Paolo Luis José, “Hacia un desarrollo integrador y equitativo. Una introducción al desarrollo local”.
Balmaceda Raúl, “Integración territorial Argentina. El Estado y su territorio”.
López Trigal, Del Pozo Benito. “El estado y sus elementos. La Administración Pública y la organización territorial del Estado”.
López Trigal, Del Pozo Benito. “El sistema internacional de fin de siglo”
Sanguín Andrés, “El espacio acuático, aéreo y cósmico”.
Galeano, Eduardo. “Las venas abiertas de América Latina”
Toussaint, Eric. “Neoliberalismo. Breve historia de un infierno”.